viernes, 19 de marzo de 2010

José María "el Bobi".

No he podido resistirme a traer aquí un artículo que leí ayer mismo en el Diario Odiel. El título, que es el mismo que el del post, me llamó poderosamente la atención como podéis entender. Tras leerlo, precisamente en el Bar de Manolito (nombrado en el artículo), me imaginé la grande y sonora carcajada que el bueno de José María habrá soltado al leer o escuchar artículo.
Antonio Ramírez Almanza, su autor, describe magistralmente a José María ("Mai" para algunos de sus íntimos) y en cada renglón se amolda perfectamente a la personalidad e imagen que tenemos de el los que le conocemos . . . . . bueno y ¿quién no conoce, al menos en Rociana, a Don José María Domínguez "el Bobi"?

Se le reconoce a cualquier distancia. Su cuerpo parece incrustado en la memoria de todas las generaciones que le sobreviven. Se mueve sin moverse con una lentitud de ausencias donde parece que el tiempo es suyo y no él del tiempo. No agita las manos en aspavientos, ni levanta los brazos mas allá de la compostura necesaria para el saludo, o cortar con extrema tranquilidad un décimo de lotería. Su imagen no lastima a quienes llevan toda la vida viéndole igual. José María el Bobi es como una sustancia imprescindible, el marcador de las horas de un pueblo sin reloj, el que aparece sin producir sorpresas, sin exaltación, como si un objeto de la casa familiar se trasladara naturalmente. No encrespa nunca, no grita.
Con la medida de las horas ajustadas a un itinerario misterioso te lo puedes encontrar en cualquier calle, entrando en las casas de un pueblo donde le tienen como el ausente momentáneo que volverá de un momento a otro para almorzar, el que salió a dar una vuelta, a fumar un cigarrillo a la acera, el que fue a tomar un café en el bar de Manolito.
José María, no tiene prisas, o por lo menos la oculta en algún lugar de su cuerpo imposible de descubrir. Cuando se sienta ofrece la majestad del solitario a quienes todos los que entran o salen le deben la pleitesía del respeto. No se altera nunca, te deja llegar o se acerca a ti fijando los pasos a la distancia necesaria y pregunta: por lo mismo, por lo de siempre, por lo último de sus imperturbables colecciones, esas, que infinitas, deben estar guardadas en no sabemos que sitio del doblao de su casa y, no te exige nunca, sencillamente sugiere con la paciencia de un santo Job lo último necesario, eso que sacará de los bolsillos de un pantalón sujeto casi a la altura del pecho, de una cartera atada con gomillas de plástico.
José María no mira, te observa, registra en cada milímetro de tu mirada la suya que nunca sabemos dónde está. Esa que le da el perfil de la sencillez, las pausas, los intervalos al hablar, casi interminables a veces, para repetirte lo semejante al día anterior.
Mi amigo José María el Bobi me enseña que el tránsito por esta vida es simplemente no sentir las prisas, y en todo caso, ser una su sombra sin movimientos cuando todos lo sintamos ausente. Y no molestar.


Antonio Ramírez Almanza. Odiel.

5 comentarios:

jomadogi dijo...

Historia reciente de Rociana del Condado... Amigos no dejemos pasar por la historia a aquellos personajes que siempre estarán en nuestra memoria.

Recordatorio a un ilustre de Rociana don Feliciano Bando que dejó su huella en Rociana...

El Penitente dijo...

Condal yo también leí el articulo de opinión de Antonio el pasado Jueves y me ha gustado mucho, la verdad que me sorprendió mucho el artículo. Creo tener entendido que este tipo de artículos y muchos más parecidos serán publicados muy pronto en una web que están preparando de Antonio, aunque en Rociana del Condado.info también podréis encontrar algún ejemplo, como el de "Fernando el Mochuelo". Saludos

Jose Antonio Cabrera Ramirez dijo...

Lo define perfectamente. Mi amigo Jose Maria.Yo le llamo Josefina Montenegro porque el me dice chofer debido a que me lo llevaba a Bonares muchas veces en los 90.
Sin duda un personaje caracteristico de nuestro pueblo.
Que te sea leve la semana santa

Condal dijo...

Jomadogi, llevas razón, y precisamente Internet y el mundo bloguero son una buena vía para almacenar y divulgar estas pequeñas historias. Yo también me sorprendí mucho Penitente, y me alegra tu anuncio. Jose Antonio, a mi llama interventor, igual que a mi padre, de su época de vendedor de lotería.

Antonio dijo...

Que alguien que lo conozca más en confianza lo anime a sacarse un blog. Si viera lo sencillo que es supongo que hace tiempo que lo tendría. En cuanto al artículo, lo leí también en el Odiel. Me encantó.